viernes, 10 de junio de 2011

El Impacto de las TIC en la Universidad

Por el conjunto de razones señaladas en el punto anterior, cabe señalar la relevancia de evaluar la situación actual de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones en el ámbito universitario.
En efecto, la introducción y desarrollo de las tecnologías de la información y las comunicaciones plantean un reto de crucial relevancia al mundo educativo universitario. Reto que no sólo tiene que ver con la estratégica posición que la actual revolución tecnológica concede a la educación en general y a la universidad en particular, reforzada además por la aparición en el mercado de trabajo de nuevos fenómenos tales como inéditos contenidos ocupacionales, yacimientos vírgenes de empleo y la instaura-ción de la formación continua, a los que la institución universitaria debe hacer frente, sino que también pasa por las propias posibilidades que las TIC conceden a la innovación en la instrucción educativa.
Desde el campo pedagógico (Duart y Sangrá, 2000) se ha insistido en que las tecnologías de la información y las comunicaciones plantean un paradigma educativo totalmente nuevo. Como ventajas generales de las herramientas asociadas a las TIC en el mundo educativo universitario se han destacado tres: (1) Se faci-lita la comunicación entre profesores y alum-nos, eludiendo los problemas de horarios y distancias. (2) Se facilitan nuevos canales de comunicación entre los estudiantes, según sus intereses e inquietudes, (foros de discusión, listas de distribución, etc.). (3) Y se suministra una cantidad enorme de información, con gran rapidez y con un coste bajo. Como consecuencia de estos tres factores, las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones posibilitan el diseño y creación de redes educativas telemáticas que generan nuevos escenarios educativos, así como la elaboración de específicos instrumentos electrónicos educativos.
Como se ha indicado, las bases de esta hipoté-tica renovación de la pedagogía y de los conte-nidos educativos descansan en las posibilidades técnicas que ofrecen las TIC: capacidad de almacenar, tratar y recombinar enormes inputs informativos con criterios de rapidez y fiabilidad; nuevos canales de comunicación sincrónicos y asincrónicos que permiten la comunicación inmediata y la difusión de información a cualquier persona o institución del mundo; automatización de tareas de gestión y procesamiento de datos; homogeneización de los códigos de interacción; y, finalmente, el in-cremento exponencial de las posibilidades de interacción entre los distintos actores sociales
Pero los cambios no se limitan al hecho concreto de la interacción entre ambas partes del proceso de instrucción, sino que afectan pro-fundamente a los tradicionales respectivos papeles de profesores y alumnos. Así se ha señalado para los profesores que, de entrada asumen un notable déficit técnico dadas sus limitaciones en el uso de las nuevas tecnologías, debieran acabar comprendiendo que la no-vedad no se limita a un mero cambio de medio sino que supone una nueva interactividad ca-paz de alterar los rasgos tradicionales de la enseñanza presencial. Por otro lado, se recuer-da que el nuevo soporte exige a los estudiantes que sean especialmente activos, responsables de manera autónoma, y que puedan fundamentar criterios para seleccionar y clasificar el conocimiento relevante del más amplio magma informacional. En suma, que puedan alcanzar una pauta de trabajo rutinario acompañado de habilidades tales como el sentido creativo y crítico.
Así pues, Internet ofrece a los estudiantes y profesores una ocasión excepcional de reformular la definición del aprendizaje y la instrucción, y de encontrar nuevas formas de aplicar, transferir y relacionar conocimientos sobre rasgos hasta ahora cegados por las posibilidades reales de la enseñanza tradicional.
Sin duda, esta novedosa situación tiene mucho que ver con la alteración de los vectores espaciales (aulas) y temporales (clases en horario) que han presidido el aprendizaje y la instrucción universitaria, y que ha provocado la gene-ración de una nueva dimensión espacio-temporal: el ciberespacio. Como ha señalado el profesor Echevarría, una realidad distal y asincrónica, que permite una interactividad permanente y que tiene su soporte físico en redes electrónicas cuyos nodos de interacción pueden estar diseminados por diversos lugares o países. En suma, que junto a la realidad física aparece una nueva realidad, la virtual.
De esta manera surge, frente a la enseñanza presencial, la instrucción virtual, entendida como un universo donde las posibilidades de la interacción educativa potencialmente se pueden transformar gracias a las enormes posibilidades de comunicación que permiten el con-junto de ordenadores que en red procesan da-tos, informaciones y conocimientos.
La señalada virtualización en la educación universitaria comprende la representación de procesos y objetos asociados a actividades de enseñanza y aprendizaje, de investigación y gestión, así como objetos cuya manipulación permite al usuario realizar diversas operaciones tales como aprender mediante la interacción con cursos electrónicos, inscribirse en cursos, consultar documentos en una biblioteca electrónica, comunicarse con profesores y estudiantes, etc. Todo ello, mediante el espacio en red que ha creado Internet.
Esta virtualización educativa, que va acompaña del también referido crecimiento exponencial de la capacidad de gestionar y tratar una gran cantidad de información, se concreta y desarrolla, de un lado, en las diversas herramientas que Internet ha generado. Al respecto cabe destacar las páginas Web, los portales, las bibliotecas digitales, las revistas electrónicas, los campus virtuales, las secretarías virtuales, etc..

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